domingo, 23 de enero de 2011


Olas para el desarrollo en playa de Lobitos


Álex Marcelo Zapata recuerda que, desde pequeño, siempre iba del pueblo de Lobitos a la playa para ver a los turistas correr olas. Los miraba desde lejos y creía que nunca surcaría el mar subido en una tabla ni enfundado en un wetsuit, ese traje negro que usan los surfistas. Sin embargo, hace tres años, cuando llegó al pueblo la ONG Waves for Development, todo cambió. Ahora ya sabe lo adrenalínico que es correr tabla, y hasta sabe repararlas.



Como él, son 200 los lobiteños que se han beneficiado con el programa de esta ONG, que actualmente enseña a surfear, educa en protección del medio ambiente y dicta clases de inglés en la zona. El gestor del proyecto fue el suizo Sylvain Gaeng, quien hace 14 años se enamoró del balneario piurano y se quedó a vivir en Talara.



“Vine a Lobitos porque me encanta surfear y desde que llegué siempre veía a turistas extranjeros o gente de Lima. No había ni un solo chico del pueblo corriendo tabla. Dije: No puede ser. Eso tiene que cambiar”, contó Gaeng con un español masticado, mientras abajo, en la playa, los niños hacían estiramientos antes de entrar al mar.



Él y siete turistas más, a los cuales conoció en Lobitos, acordaron por Internet apoyar a los niños y jóvenes del balneario mediante la enseñanza del surf y del inglés. Fue así como nació la ONG Waves for Development. La misión de esta institución es promover el deporte entre la gente y defender el medio ambiente.



“Es muy sencillo: cuando la gente aprende a surfear se da cuenta de lo valioso del mar y es cuando se crea una conexión con todo lo que está a su alrededor. Nosotros educamos a la gente y le enseñamos a reparar tablas como un negocio para el futuro”, sostiene Gaeng. Todo lo aprendido en las aulas del colegio de Lobitos lo practican luego en el mar, y los fines de semana limpian la playa.



Por ahora, la ONG se financia con el aporte de voluntarios extranjeros que aman el surf, como Samuel Roches, un suizo que llegó al balneario hace tres meses. Sin embargo, a Gaeng le gustaría que la Municipalidad de Lobitos o alguna empresa privada los apoyara. Su meta a corto plazo es construir un local en el balneario, donde puedan dictarle clases a los chicos del pueblo.



Roches, por su parte, cree que Lobitos tiene mucho potencial turístico que aún no ha sido explotado. “Acá deberían abrir buenos restaurantes, especializados en comida para deportistas. Lobitos es la playa soñada para todo surfista”, dice. No es el único que lo cree, a juzgar por la cantidad de tablistas que se puede ver allí por esta época.


El Comercio

Ralph Zapata

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